Por: Clemencia Gómez González, geóloga PhD
Profesora asociada Universidad Nacional de Colombia
Bogotá, 28 de septiembre 2023
Colombia es un país geodiverso con rocas de diferentes edades y paisajes que cuentan la historia de su larga evolución medida en tiempo geológico, no humano, e imprimen características únicas a cada uno de nuestros municipios. La colonización del territorio no ha respondido a criterios geológicos y por ello vivimos en las laderas de los volcanes o en sus depósitos, como en el antiguo Armero; a lo largo de fallas activas, que de vez en cuando generan terremotos, representados en pérdidas de vidas e infraestructura; en las llanuras de inundación de los ríos y en zonas susceptibles a deslizamientos. Muchas de las amenazas geológicas (por ejemplo, erupciones volcánicas, terremotos, inundaciones, deslizamientos) son recurrentes en el tiempo y sus cicatrices están grabadas en las rocas, que se constituyen en el libro que los geólogos saben leer.
El 30 de septiembre se conmemora, de la mano de la promulgación de la Ley 9 de 1974, el día del geólogo en Colombia, dado que la norma se encarga de regular la profesión. Ella establece que todas las actividades relativas al ejercicio profesional deberían contar con la presencia de geólogos idóneos, cosa que no se cumple en la mayoría de los casos. Las cifras de geólogos vinculados a las instituciones del Sistema Nacional Ambiental, Ministerios de Minas y Energía y Medio Ambiente y sus entidades adscritas, INVIAS, Unidades de Gestión de Riesgo, y administraciones municipales, por mencionar algunos casos, demuestran la poca profesionalización en la toma de decisiones relativas al ejercicio profesional de los geólogos, pese a la existencia de la Ley.
Hace ya casi una década, la Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísicos de la Energía (ACGGP), la Sociedad Colombiana de Geología (SCG) y la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá (UNAL), han promovido la iniciativa denominada #UnGeologoXmunicipio que tiene
como objetivo promover un proyecto de Ley que garantice la presencia de profesionales en Ciencias de la Tierra en los territorios, que contribuya a la toma de decisiones oportunas, que eviten pérdidas materiales y humanas relacionadas con las amenazas naturales, que sirvan de puente para que la coordinación y concurrencia entre el estado central y los territorios se facilite en áreas estratégicas como los proyectos minero-energéticos y que contribuya a cerrar la brecha de conocimiento de la sociedad colombiana en términos del conocimiento del sistema tierra y sus fenómenos.
Cada cambio de gobierno o de cabeza en las esferas de poder y de toma de decisiones supone un reto para la socialización de la iniciativa que surge en una comunidad que es eminentemente técnica. Los recursos para respaldarla nacen del mismo ejercicio profesional de geólogos y de las regalías que aporta el sector minero-petrolero a la Nación.
Junto con mis colegas y estudiantes, hemos tocado la puerta en el Congreso de la República, para que cada municipio de Colombia tenga un geólogo, hemos puesto sobre la mesa las razones técnicas que contribuyen a la actualización de los planes de ordenamiento territorial y la generación de planes contra riesgos y desastres, así como la adaptación al cambio climático en las regiones del país. El primer ejercicio se truncó por el cambio de periodo legislativo, pero como dicen: “sin lucha, no hay progreso”, por eso no nos rendimos y estamos presentando una vez más nuestra propuesta, que un día, tenemos la convicción, será una realidad. Así las cosas, el trabajo no está perdido y la persistencia hace que la fuerza crezca.
La experiencia ha demostrado la versatilidad de los geólogos para la solución de los problemas dentro de los municipios, con respecto a dimensiones tan diversas como recursos hídricos, infraestructura, planeación, ordenamiento territorial, recursos minero-energéticos, entre otros.
De esta manera, construir país implica poner al servicio de la sociedad los conocimientos adquiridos en la Universidad y, por ende, profesionalizar la toma de decisiones en el territorio con soporte en información técnica puede conducir a avanzar en el camino correcto de desarrollo sostenible, transición energética justa y desarrollo armónico de las regiones. La geología es y será una profesión al servicio del país.
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